Convertir los residuos industriales procedentes de fábricas y de antiguos edificios derruidos en nuevos materiales constructivos, dándoles forma de ladrillos. Ese es el objetivo de StoneCycling, una compañía fundada en 2013 por dos holandeses, Ward Massa y Tom van Soest, que quieren cambiar la industria de la construcción y dar una segunda oportunidad a los desechos gracias a sus bloques reciclados.
Todo comenzó con el proyecto de fin de carrera de Tom van Soest, que en 2012 estaba terminando sus estudios de Diseño en la Universidad de Eindhoven. En Holanda, durante sus años universitarios y debido a la crisis económica, se demolieron muchos edificios de baja calidad, construcciones que ya no se ajustaban a las necesidades de los dueños y en los que no se podían invertir grandes cantidades en reformas.
Poseen una amplia gama de opciones, de distintos colores, texturas y características a los que han dado nombre: Lentil, Mushroom, Salami….“Son ladrillos que siguen los estándares marcados por la industria”, concreta.
El aspecto de estos ladrillos tiene además un alto componente estético, elegido con cuidado para captar la atención y conseguir el beneplácito de los posibles consumidores. “Construir a partir de la basura es todavía algo muy nuevo, por lo que es importante desarrollar un producto sostenible, pero que también sea capaz de desencadenar una experiencia estética en la gente”, clarifica el cofundador de StoneCycling.
No hay comentarios:
Publicar un comentario